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Fachadas ventiladas ULMA ARCHITECTURAL: una tendencia de arquitectura sostenible que aporta la máxima resistencia y durabilidad

La fachada ventilada está considerada, en la actualidad, como la mejor solución para lograr un óptimo aislamiento térmico y acústico del edificio, eliminando tanto los puentes térmicos como los problemas de condensación y humedad. Su éxito radica en que a través de este sistema se crea una cámara de aire en movimiento que genera una ventilación continua, manteniendo el material aislante siempre seco y mejorando así su rendimiento. Es un sistema con el que se logra un notable ahorro de energía.

Pero sus ventajas no terminan en sus excelentes propiedades como aislante, sino que también aporta una gran durabilidad y resistencia. Si se usan los materiales adecuados, una fachada ventilada puede mantenerse en perfecto estado durante muchas décadas, sin apenas necesidad de mantenimiento y sin que se vea afectada por las inclemencias atmosféricas. Es, por lo tanto, un sistema de construcción que aporta soluciones eficaces a los problemas más habituales de las fachadas, lo cual explica el creciente interés de ingenieros, arquitectos y promotores por este revestimiento.

El panel de hormigón polímero, un material innovador, cuenta con unas propiedades y características físico-mecánicas que lo sitúan en un eslabón superior a otros tipos de materiales para fachadas ventiladas, y mejoran las características de un material noble como la piedra. Es un derivado de la piedra cuya composición es en un 90% material pétreo ligado con resinas: esta amalgama da como resultado un material mejorado con mayor resistencia y durabilidad.

Por eso, el hormigón polímero es un material no poroso y su bajo nivel de absorción (0.0905 %) garantiza una completa estanqueidad y un mínimo desgaste frente a la acción de los fenómenos atmosféricos: como el deshielo, la lluvia, el viento o la abrasión. Por otro lado, su composición le otorga una gran ligereza que facilita enormemente su manejo durante la construcción, si lo comparamos con materiales como la piedra.

Sólida alternativa

En ULMA ARCHITECTURAL aportan valor a los revestimientos gracias a los paneles de hormigón polímero, cuyos beneficios más destacados son:

  • Aumenta la durabilidad de la fachada, ya que es material prácticamente inalterable al paso del tiempo al conseguir una extraordinaria resistencia a: fenómenos climatológicos y temperaturas extremas como el hielo, el deshielo, el viento fuerte y la radiación solar.
  • Destaca por su alta resistencia a la corrosión, tanto en la estructura primaria como en la secundaria.
  • Alta resistencia a todo tipo de impactos.
  • Por su baja absorción del agua, se trata de un material que permanece inalterable a todo tipo de ambientes, incluso a los que provocan un mayor deterioro de los exteriores de los edificios, como los marinos.
  • Al ser un producto no poroso, su mantenimiento se limita a una sencilla limpieza con agua y jabón.
  • Al contrario de lo que ocurre con otros materiales, sus características imposibilitan la aparición de laminaciones.
  • Su compromiso con la durabilidad es total, por ello someten a su material a los ensayos más exigentes de envejecimiento artificial, para así asegurar que las fachadas luzcan como nuevas durante décadas.

La estética por delante

En ULMA ARCHITECTURAL saben que arquitectos, promotores, proyectistas y usuarios son cada vez más exigentes con los acabados estéticos de los edificios. En ULMA apuestan por los edificios funcionales que se integren en el ambiente. Por ese motivo, su oferta engloba una gran variedad de formatos, así como variedad de piezas para esquinas. Las posibilidades de colores, texturas y juntas acaban de configurar una oferta distintiva y completa que permite llevar a cabo proyectos de diseño atractivos y personalizados.

Las fachadas ventiladas de ULMA ARCHITECTURAL constituyen una de las soluciones constructivas más eficientes que existen en la actualidad. Se trata de una propuesta de construcción eficaz, sostenible, fácil de instalar y con capacidad para solucionar dos de los principales problemas de las fachadas exteriores: la durabilidad y la resistencia. Además, el resultado una vez instalada es de una solvencia estética indiscutible.