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Las comunidades de propietarios beneficiarias van a poder llevar a cabo, entre otras actuaciones, aislamientos de fachadas o tejados, mejoras de la envolvente térmica, instalación de ascensores, eliminación de barreras físicas en accesos, obras de cota cero en portales para facilitar la accesibilidad a cada vivienda, establecimiento de sistemas de ventilación con recuperación de calor, y sustitución de calderas

Euskadi pone en marcha la Agenda Urbana Bultzatu 2050

El Consejo de Gobierno aprobó el pasado 17 de noviembre la puesta en marcha de la nueva Agenda Urbana Vasca, Bultzatu 2050. Este documento marca el desarrollo de Euskadi en materia de medio ambiente, sostenibilidad, hábitat urbano, energía, actividad económica y empleo, movilidad y transporte, tradición digital, calidad de vida y salud e inclusión social para los próximos 30 años.

La Agenda Urbana es fruto de un largo trabajo de participación, en el que además de la coordinación con otras consejerías del Gobierno Vasco y administraciones, han colaborado diferentes agentes: universidades, centros tecnológicos, empresas privadas, colectivos sociales y ONGs, sindicatos, clústeres, así como organismos internacionales.

Bultzatu 2050 está plenamente lineada con la Agenda Urbana Europea y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la ONU, a través de ONU-Habitat, y en especial con el objetivo 11 (sobre Ciudades y Comunidades Sostenibles). El fin último de la Agenda Urbana de Euskadi es conseguir “unas ciudades y pueblos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, donde nadie ni ningún lugar se quede atrás”.

La agenda abarca temas diversos como el envejecimiento, el paro, las rentas bajas o las viviendas antiguas.Fija su atención en los puntos más débiles, con el objetivo de superar las diferencias y mejorar los desequilibrios que ahora pueden existir. El documento tiene incidencia directa en al menos el 80% de la población de Euskadi, que vive ya en entornos urbanos.

También aborda el aspecto ambiental de los recursos, es decir, la dependencia energética (que en Euskadi alcanza un 93%), de materias primas; o la autosuficiencia alimentaria (el País Vasco solo se autoabastece del 19% de los productos agrícolas que consume); la gestión de residuos, o la adaptación al cambio climático, con algunas situaciones de riesgo sobre todo en la costa.