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El 4.0 llega a la construcción

A partir de diciembre en las licitaciones públicas de edificación -y desde julio de 2019, también para las infraestructuras- se exigirá a los promotores el uso de la tecnología Building Information Modelling (BIM) en sus propuestas. Es la construcción 4.0. Cada edificio tendrá que contar obligatoriamente con una réplica virtual que lleve incorporada toda la información generada durante el proceso constructivo. Resumiendo, unir al más detallado de los gráficos 3D una base de datos con cuanta información se genere desde que el primer boceto del proyecto hasta el último remate del inmueble. Desde la proporción de acero y hormigón del forjado hasta el nombre del proveedor de los ladrillos.

Pedro Taberna, socio fundador de NorthBIM, consultoría e ingeniería especializada en esta tecnología lo define más como una metodología de trabajo que como un software. Es un cambio que va mucho más allá de la adquisición de una licencia de un programa informático. Implica a todos los gremios durante todas las etapas del proceso, lo que permite calcular con mayor precisión los gastos y los plazos. “Es como un enorme Lego en el que puedo clicar sobre cada pieza y saber dónde tiene que ir, cuánto cuesta o quién es su proveedor. Si la cambio por otra, el sistema me ajusta el presupuesto o el plazo de suministro. Gracias a la combinación de todos esos datos podemos ver, por ejemplo, qué puntos conflictivos pueden darse durante la construcción; si un gremio va a terminar o no su labor en la fecha prevista, y qué implicaciones tiene ese retraso en el trabajo de otros profesionales. Toda esa información antes sólo estaba en la cabeza del jefe de obra y los problemas se veían sobre el terreno. Ahora los vemos delante del ordenador, donde es mucho más barato arreglarlo y evitar detener la obra”, explica el fundador de NorthBIM.

La otra gran ventaja, es que disponer de toda esa información concentrada en un mismo sistema permite incrementar la seguridad del proyecto. “Con la tecnología BIM podemos concluir cualquier modificación en cualquier etapa del proyecto y ver inmediatamente cómo esa novedad afecta al resto de elementos” subraya Taberna. Es decir, cada pieza de ese Lego lleva incorporada toda la información sobre las características técnicas del elemento real que representa y la interrelaciona con la de los otros elementos. De modo que si, por ejemplo, está establecido que un pilar debe soportar una determinada carga y, por haber movido un muro de carga, esa presión especificada es superada, el programa indicará que existe riesgo -o certeza- de desplome.

“En realidad, no es algo tan novedoso. Hace mucho que se emplean aplicaciones similares en la industria o el sector aeroespacial, por ejemplo, y quien ha trabajado fuera ya lo conoce” señala Taberna; quien reconoce que él y sus socios, Beatriz Santos y Mikel Zarate, los tres aparejadores, oyeron hablar por primera vez de BIM hace tan sólo seis años. Los tres trabajan en distintas áreas del sector (diseño, consultoría y construcción) y no lo conocían. Tuvieron que auto-formarse y explicar siempre en qué consistía su labor. Hoy, al margen de que para edificios públicos ya puntúa desde marzo y será obligatorio a final de año, ya hay muchas medianas constructoras que lo emplean porque saben que todo lo que inviertan al inicio del proceso ahorra dinero y problemas durante la construcción.

Fuente: El correo.