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Cuidades inteligentes

Ciudades SMART para un futuro eficiente

Las grandes capitales y las ciudades emergentes buscan competir en servicios y vanguardias por lo que han emprendido un viaje hacia el futuro a través de la digitalización.

La calidad residencial de las grandes urbes exige soluciones SMART y los gobernantes han enfocado la estrategia de Ciudad Inteligente en poner en el centro neurálgico a sus residentes en vez de a la tecnología. Lo digital es el vehículo. Esto supone, más allá de la instalación de interfaces digitales en las redes de infraestructuras tradicionales, el uso del Big Data para que se adopten decisiones que contribuyan a elevar la calidad de vida de sus residentes y visitantes; desde la limpieza del aire que respiran a la seguridad en las calles.

Singapur, Ámsterdam, Londres, Shanghái y Nueva York, por este orden, ocupan el Top 5 de ciudades que están liderando lo que denomina la revolución de movilidad, según un ranking elaborado por la consultora Oliver Wyman. Atendiendo las ciudades españolas, Barcelona es la única ciudad de todo el Estado español y se sitúa en el puesto 13 entre San Francisco, Los Ángeles y París.

Según un informe de McKinsey Global Institute (MGI) recogido por Estrategias de Inversión, para 2025 las ciudades que hayan implantado aplicaciones de movilidad inteligente estarán en condiciones de reducir en un 20% de media su poder de respuesta comunicativa a los servicios que ofrecen a sus residentes. Asimismo, los desplazamiento al trabajo se reducirán entre 20 y 30 minutos; y entre un 8% y un 15%, las soluciones de accesibilidad a discapacitados. Por último, el estudio destaca que las capitales con rentas más altas podrán reducir en más de un 4% sus tiempos de espera de atención sanitaria mediante sistemas de monitorización a pacientes por control remoto.

Construcción Avanzada

Los fulgurantes crecimientos del consumo, la industrialización y la urbanización han multiplicado las presiones medioambientales, de forma que deberían activarse sistemas de construcción automatizada, de movilidad rodada eléctrica o de traslado de energía más dinámicos y más baratos. Las acciones combinadas de digitalizar todos estos servicios y, por ende, de hacerlos más efectivos y menos caros, haría descender los niveles de polución en un 15%.

Al igual que las aplicaciones de gestión y uso del agua, el gas y la luz en el ámbito doméstico e industrial recortarían el consumo en otro 15% y el gasto per cápita de estas utilities entre un 10% y un 20% por la implantación de sensores de análisis que ajusten la oferta y la demanda de energía.

En su diagnóstico, McKinsey admite que este cambio de paradigma supondrá la eliminación de puestos de trabajo directos, pero emergerán otros relacionados con las labores de mantenimientos en sus diversos negocios o las tareas de instalación de redes. También en el ámbito educativo; por ejemplo, en los centros que imparten cursos técnico-profesionales y carreras docentes con ribete de digitalización o en las instituciones académicas online.

De igual manera, la configuración de e-administraciones crearán mejores escenarios para hacer negocios. Trámites como la creación de sociedades, la obtención de licencias o permisos o el pago de impuestos, facilitarán la gestión de las empresas.

En el terreno inmobiliarios, la consulta digital al catastro y a aplicaciones de precio medio de las viviendas o a otras sobre las condiciones monetarias, burocráticas, constructoras o de servicios profesionales para edificar inmuebles propios ya está recolectando sus primeros frutos, a modo de abaratamiento de costes, en grandes capitales como Ámsterdam, Nueva York, Seúl, Singapur y Estocolmo.