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Alberto Marín: Un futuro basado en la productividad y la sostenibilidad

El ecosistema de la construcción en Euskadi tiene claro que la competitividad de nuestra industria reside en un cambio de paradigma basado en la productividad y la sostenibilidad.

Por un lado, la construcción debe tender hacia un modelo que le permita crecer en base a la optimización y estandarización de procesos cada vez más industriales. Por otro, en la integración de tecnologías facilitadoras clave, y en el diseño y la comercialización de productos globales.

En esta línea, el año pasado la actividad del sector en Euskadi creció un 12,5%. Aparentemente es un buen dato pero no debemos pasarnos de optimismo. En términos de volumen de negocio, el sector de la construcción creció únicamente el 1,04%, en comparación con el 2,5% de la Economía. Sí, estamos creciendo, pero no al ritmo que deberíamos.

La rehabilitación de viviendas es el ámbito que está ofreciendo mejores cifras pero todos sabemos que lo que realmente tracciona es la vivienda y, sobre todo, la obra civil.

Este nuevo reinicio está generando nuevas oportunidades de negocio y empleo. En términos de ocupación, nuestro sector creció en torno algo más de 1% el año pasado, pero deberíamos generar mucho más.

Para ello, es necesario apostar por la Construcción sostenible, eje fundamental para la promoción de la Economía Circular como base para el desarrollo social y económico del entorno. Nuestra industria está en ese camino incorporando criterios de sostenibilidad en proyectos de diseño, desarrollando nuevos materiales, y recirculando los residuos derivados de la construcción y la demolición.

Eficiencia energética

En plena transformación digital y de evolución hacia la Economía Circular, la industria de la construcción cuenta especialmente con el desafío de la eficiencia energética. Un reto de país que parte desde el diseño y la gestión de los proyectos constructivos, y continúa con la excelencia en la ejecución de proyectos de construcción y rehabilitación. En estos ámbitos de trabajo, disponemos, sin duda, de un conocimiento de referencia.

Adicionalmente, la industrialización de la construcción debe complementarse con una alta capacidad de servitizar el conocimiento generado en proyectos estructurales y trasladarlos a nuestro entorno. Además, debemos ser capaces de acceder a mercados internacionales, transfiriendo nuestro know-how en el desarrollo de nuevas ciudades e infraestructuras.

En línea con estos planteamientos, las empresas de construcción se encuentran ante el reto de ganar tamaño para hacer frente a estos dilemas de futuro. Estamos en un mercado tan internacionalizado y desafiante que se requiere de una mayor solvencia técnica y financiera para desarrollar proyectos estratégicos de alto impacto. Esto obligaría a un incremento del volumen de inversión en I+D+I, una mayor apuesta por el talento y por la formación especializada como base para los profesionales de la construcción.

El cambio de paradigma está en marcha, y los que formamos ERAIKUNE pretendemos ser referencia internacional en el desarrollo del nuevo modelo de construcción más avanzada y sostenible.